lunes, 13 de junio de 2016

GLORINELA

IRONIA

El noble D´Artagnan, todo hidalguía,
todo valor, arrojo y gentileza,
no tuvo lo que vos:  la ligereza
para blandir la espada con maestría.

!Pobre de aquel que tiene la osadía
de cruzarse ante vos, pues con presteza
le hacéis pagar muy caro su torpeza
hundiéndole el acero, a sangre fría!

!De dos filos lo usáis! Mas con nobleza
os diré, usando la sin par rudeza
con que presto atacáis, -aunque a fe mía

creo despertaré vuestra fiereza-,
!que lo que manejáis con gran destreza,
es la espada sutil de la ironía!



"DECIAMOS AYER..."

A mi pobre terruño has de volver, viajero;
no se bien cuántos lustros pasarán, ni lo inquiero;
sólo se que algún día tendrás que retornar,
Será cuando la nieve matice tu cabeza,
cuando tu alma herida de incurable tristeza
busque la paz que lejos no pudiera encontrar.

Para entonces !qué solo te hallarás entre extraños!
Pasarán a tu lado seres fríos y huraños
que con indiferencia te verán otra vez.
Nuevas casas entonces bordearán el sendero
y entre todas, acaso buscarás el alero
de mi mansión que altiva mostrará su vejez.

Y si llegas cansado a tocar a mi puerta,
no te extrañe encontrarla para tu paso, abierta
ni te inquiete el silencio que te acoja al entrar
aquí en el mismo sitio donde ahora me dejas,
me hallarás devanando las azules madejas
de mis sueños que sólo la Muerte ha de segar.

Tendré el rostro marchito y las manos ajadas,
la melena canosa, las pupilas cansadas,
pero en mi alma la misma misteriosa inquietud;
y con los ojos húmedos por la alegría, hermano,
al vernos, dulcemente me tenderás la mano
como en los días lejanos de nuestra juventud.


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