lunes, 2 de enero de 2017

POESIA DE GLORINELA

ENERO DIECISEIS

Enero dieciseis...Hoy como en esa
noche de plenilunio muy lejana,
se asocia su recuerdo a mi tristeza
y percibo su voz que se desgrana
ofreciéndome alivio y fortaleza.

Su recuerdo, que duerme en la distancia
y que tiempo ni ausencia han destruído,
y en este día retorna y su fragancia,
surgiendo de la huesa del olvido,
perfuma toda mi pequeña estancia.

Llega hasta mí sin ruido, lentamente,
y al verme solitaria y abstraída,
me acaricia las manos, suavemente,
y dice en baja voz: "¡sonríe... Olvida...
Ya pasará el dolor... Alza la frente!"


¡BENDITOS ELLA Y TU!

Tú y ella son, a un tiempo en mi memoria,
como si fueran una sola idea...
¡No puedo evocar nunca tu presencia
sin que a ella a tu lado no la vea!

Como la luz que esplende en la mañana
separada del sol jamás se advierte;
ni al bullicio alejado de la vida,
ni al misterio apartado de la muerte...

Así ella y tú, caminan siempre unidos:
tu sombra confundida con su sombra;
tanto, que si me nombras, imagino
que es ella en tu ternura quien me nombra.

Tus ojos tan amados, son sus ojos
que en silencio me dicen que confíe;
y al verte sonreir, pienso que es ella
que a través de tus labios me sonríe.

Su recuerdo me alienta y me sostiene,
tu presencia es la mano que me guía;
¡ambos son como un báculo de roble
donde se apoya la existencia mía!

¡Benditos ella y tú, seres amados
que unidos llevo siempre en la memoria!
¡Serán sus nombres la oración postrera,
cuando se cierre el libro de mi historia!


BENDICE AL TIEMPO

Bendice al tiempo que pasó... Bendice
a las horas de paz que te alumbraron
el espíritu en sombras. Ve de prisa
sin recordar el daño que te hicieron
y paga ese dolor que a tu alma dieron
con el preciado bien de una sonrisa.

Bendice al tiempo que dejó en tu vida
esa huella imborrable y misteriosa
que te ha hecho más noble, fuerte y sabio;
no olvides la lección que has aprendido
no podrá herirte ya ningún agravio.

Bendice al tiempo que pasó... Bendice
a esos seres esquivos que a tu vera
sólo regaron daño y egoísmo.
¡Perdona a todos con amor profundo,
porque si olvidas la maldad del mundo
nunca serás esclavo de tí mismo!











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