martes, 20 de septiembre de 2016

POESIA DE GLORINELA

CASONA GRIS

Ayer pasé en silencio ante una vieja casa;
es aquella, la misma donde te conocí...
y al mirarle de nuevo, después de muchos años,
sentí un deseo muy grande de llorar y reir.

De llorar por la pena de saberte perdido
y reir de alegría creyendo verte ahí...
¡Oh mis sueños amados, mis pobres sueños idos
que duermen a la sombra de esa casona gris!


¡QUIEN LO CREYERA!

Ayer, cuando apasible murió el día,
oí una voz nombrarme en lejanía;
y al percibirla, ¡Dios! ¡quién lo creyera!
como por obra de milagrería
hizo que el corazón se estremeciera.

Esa voz grata que llegó a mi oído
tuvo el poder de procurarme olvido
por todo aquello que pensar me hiciera;
fué algo extraño que nunca había sentido:
temblé y enmudecí...¡quién lo creyera!


FLOR DE JACINTO

Lánguida flor de jacinto,
que esperando a la Emisaria
ha pasado casi un siglo, en el silencio, sentada,
viendo el cielo tras los vidrios de la ruinosa ventana

Como la flor del jacinto
quedó su frente de seda,
desde que a clavarle vino la vejez su garra artera;
¡como un santuario vacío la ha dejado: sin ideas!

Como la flor del jacinto
están sus manos: muy pálidas;
ellas, que en el clave antigüo nerviosas se deslizaban,
hoy yacen yertas de frío sobre el luto de la falda.

Como la flor del jacinto
tiene los rugosos labios
que fueron rojos y lindos como el fruto del granado;
antaño emitieron trinos, rezos murmuran hogaño...


Como la flor del jacinto
tiene amarilla la cara;
y hundidas, secas, sin brillo, son sus pupilas fontanas
que con el sol del estío las aguas se evaporaran.

¡Pálida flor de jacinto
que la vejez consumiera!
Hace ya cerca de un siglo que inmóvil y triste espera
tras de los vidrios opacos a la muerte que no llega...


COBARDIA

"Me es tan fácil quererte" -me decía-
y yo viéndole mucho, sonreía
sin contestarle nada;
y dándole alas a mi cobardía
permanecí callada,
cuando una voz interna repetía:
"¡a mí también me es fácil, alma mía!"


TE FUISTE

Te fuiste al fin, te fuiste de mi vida
-golondrina emigrante-
pobre alma peregrina, tras la ruinas
de quimeras distantes.

Qué solo está... que solo
el añoso torreón donde anidabas;
ahora el viento señorea en sus ruinas,
entre sus negras ruinas desoladas.

Alma; te fuiste y me dejaste triste
con mi vieja tristeza soñadora...
Mas si un día la tormenta te azotara,
piensa en mi corazón, torreon añoso,
y el te cobijará como en otrora 




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